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Elecciones para la
Asamblea Constituyente de 1991

Estas elecciones fueron cruciales para todos los principales actores en el proceso dado que los constituyentes elegidos tendrían la responsabilidad de elaborar una nueva Constitución. Los oficiales de la cúpula militar no estaban meramente preocupados por el futuro papel profesional que les asignaría la nueva Constitución. Estaban también en juego los intereses de la corporación militar per se, así como también las fortunas personales que los oficiales de alto rango habían acumulado bajo el régimen de Stroessner y consolidado durante el periodo de apertura.

Después del magro desempeño del Partido Colrado en las elecciones municipales de mayo de 1991 (en comparación con los resultados obtenidos en las elecciones generales de 1989), los militares se preocuparon por el creciente fraccionalismo (para ese entonces el partido oficial ya estaba dividido en seis fracciones) que debilitaba al partdo antes de laselecciones de la Asamblea Constituyente y se temía que podía llevar eventualmente a su derrota en las elecciones nacionales de 1993.

El propio general Rodríguez, en un discurso histórico hecho poco después de las elecciones municipales, declaró que: " .... nosostros (las Fuerzas Armadas) hemos cumplido cuatro de los objetivos del golpe (....) pero aún falta uno y ese es la unidad granítica del Partido Colorado."

Para lograr este último objetivo, las Fuerzas Armadas emprendieron varias líneas de acción. Por una parte usando un lenguaje más institucional, hicieron un llamado para un diálogo cívico-militar. Por otra parte, se impusieron la tarea de reorganizar el partido oficialista, para poder cumplir el objetivo de "la total unificación del Partido Colorado en el gobierno" cuya consecución aún no se había logrado. De esta manera, durante la mayor parte de la segunda mitad de 1991, las fuerzas militares se involucraron activamente en diferentes etapas de la campaña electoral del partido oficial para las elecciones del 1 de diciembre de 1991.

Por último, las fuerzas militares intensificaron sus esfuerzos a favor del partido oficial, mediante la intervención directa de generales que recientemente habían pasado a retiro, como los ex ministros de Defensa y del Interior, quienes se abocaron a servir de enlace entre el partido y las Fuerzas Armadas.

Además, algunos oficiales militares en servicio activo fueron asignados al centro de computación de la Junta Electoral Central, que tenía a su cargo la preparación del padrón electoral para las próximas elecciones.

Por otro lado, soldados y oficiales de todos los rangos participaron directamente en la movilización y el transporte de electores colorados a los lugares de votación en el interior de la República. Esta participación directa de los militares - que no fuera evidente en las dos elecciones anteriores - puede ser vista como una determinante y finalmente exitoso intento de restablecer la vieja tríada de Fuerza Ramada- Gobierno - Partido Colorado.

Con el apoyo logístico y de recursos humanos de las fuerzas militares, así como la pericia de un grupo de consulta brasileño, en las elecciones del 1 de diciembre de 1991, los colorados obtuvieron 409.730 (55.1%) votos, logrando 122 (de las 198) bancos y pro lo tanto una mayoría absoluta en el asamblea. Las 76 bancadas restantes fueron distribuidos entre la oposición de la siguiente manera: el PLRA obtuvo 201.040 (27%), logrando 55 bancas; el recién formado movimiento independiente Constitución Para Todos (CPT) obtuvo 81.680 (11%) logrando 19 bancas; el Partido Revolucionario Febrerista (PRF) 9.140 (1.2%) y el Partido Demócrata Cristiano (PDC) 6.313 (0,8%) de los votos respectivamente, obteniendo una anca cada uno.

Entre los factores que también contribuyeron a la abrumadora victoria del partido oficial, hay que tener en cuenta la apatía general del electorado, reflejada en la baja concurrencia de votantes (de los 1.438.543 votantes inscriptos solamente votaron 743.546, que representa el 51.7%); la fragmentación dela oposición y la organización deficitaria del partido de oposición más fuerte, el PLRA, cuya fuerza electoral disminuyó del 33.3% en las elecciones municipales a solamente 27% en las elecciones para la Asamblea Constituyente.

Aunque la Asamblea Constituyente estaba controlada por los colorados, la nueva Constitución resultó mucho más democrática que la elaborada durante el régimen de Stroessner. Este éxito se debió en gran medida a las negociaciones - aunque limitadas - llevadas a cabo entre los constituyentes colorados y los de la oposición. Sin embargo, con respecto a todos los temas controvertidos que pudiesen haber afectado al partido oficialista y/o a los militares, los colorados votaron consistentemente para proteger los intereses de la nuevamente restablecida alianza entre el partido oficial y los militares.

Por lo tanto - con notablemente pocas excepciones - los colorados votaron en la Asamblea Constituyente en contra del derecho a sufragar de los ciudadanos paraguayos residentes en el exterior. Ellos bloquearon el sistema "ballotage" (segunda vuelta de elecciones) propuesto por la oposición, que hubiese permitido otra elección entre los dos candidatos presidenciales que obtuvieran más votos, en el caso de que ninguno de ellos lograra una mayoría superior al 50%. También mediante el coto colorado, se aprobó una formulación ambigua de la norma constitucional por la cual el Presidente es nominalmente el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, mientras que el comandante de las Fuerzas Militares es quien realmente detenta el poder en ese cargo.

Fuente: Marcial Riquelme: Negociaciones de Corredores Democráticos en el Paraguay, Asunción 1993. 

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